Usa esta técnica para enfocarte sin dejar de soñar
- Diana Vargas

- 14 jul
- 3 Min. de lectura

Debo de confesarte algo. Soy alguien que se distrae fácilmente. Me aburro rápido, siempre tengo nuevas ideas, quiero crear algo diferente cada semana, y mi cabeza es como un navegador con 30 pestañas abiertas (y algunas con música sonando).
Nunca me han diagnosticado oficialmente, pero estoy convencida de que tengo TDAH. Y, sinceramente, me encanta. Es parte de lo que me hace ser yo. Esa misma hiperactividad es la que me llevó a crear sistemas, ordenar procesos y acompañar a personas a transformar su caos en claridad.
Gracias a que me distraigo, conozco muy bien lo que no funciona. Y gracias a eso, también sé lo que sí funciona para avanzar, sin perder tu esencia creativa.
Una de esas herramientas es la técnica Pomodoro. Y hoy te la quiero compartir con explicaciones simples, ejercicios reales y una dosis de motivación.
Tener muchas metas, ideas y sueños no es malo. Al contrario: es una señal de que estás viva, conectada con tu potencial.
Pero cuando todo es importante, nada lo es. Cuando quieres empezar todo a la vez, terminas sin avanzar en nada.
A mí me pasaba que:
Iniciaba una tarea y me aburría a los 10 minutos.
Me distraía revisando Instagram o WhatsApp "sólo un segundo".
Me frustraba por no terminar lo que empezaba.
Hasta que descubrí algo clave: trabajar por bloques cortos y enfocados.
¿Qué es la técnica Pomodoro?
La técnica Pomodoro es un método de productividad creado por Francesco Cirillo en los 80s. Su idea era simple pero poderosa:
Trabajar durante 25 minutos sin distracciones, luego tomar un descanso de 5 minutos.
A esos bloques de trabajo se les llama "pomodoros". Y después de cuatro pomodoros, tomas un descanso más largo (15-30 minutos).
Para quienes como yo se distraen fácilmente, Pomodoro funciona porque:
No te exige enfocarte por horas, solo por 25 minutos.
Da estructura sin rigidez.
Usa descansos para evitar el agotamiento mental.
Te da una sensación constante de logro.
Engancha tu cerebro al ritmo: foco-descanso, foco-descanso.
Antes de conocer la técnica Pomodoro, ya intuía que funcionaba mejor con lapsos cortos. Me ayudaba poner música de fondo (instrumental o binaural), y dejar que una parte de mi mente se distrajera con eso mientras la otra se enfocaba.
Cuando empecé a aplicar Pomodoro de forma intencional, noté:
Más tareas terminadas.
Menos frustración.
Más claridad al elegir qué sí y qué no hacer cada día.
Mi hiperfoco también se volvió un superpoder. Sabía a qué hora del día me concentraba más (en mi caso, por la mañana) y reservaba ese tiempo para tareas
de alto impacto.
Cómo usar la técnica Pomodoro paso a paso
Elige una sola tarea. No empieces con una lista de 10 cosas. Solo una.
Pon un temporizador de 25 minutos. Puedes usar apps como Focus To-Do, Forest o simplemente el temporizador del celular.
Trabaja sólo en esa tarea durante ese tiempo. Nada de redes, nada de multitasking.
Toma un descanso de 5 minutos. Levántate, respira, camina, estira el cuerpo.
Repite el ciclo 4 veces. Luego tómate un descanso largo de 15-30 minutos.
Ten en cuenta que no siempre podemos hacer 4 pomodoros seguidos. Pero puedes adaptar la técnica a tu vida real:
Pomodoros de 15 minutos si tienes niños pequeños o interrupciones frecuentes.
Pomodoros por categoría: uno para responder correos, otro para crear contenido, otro para seguimiento de clientes.
Pomodoros con pausa activa: en vez de revisar el celular, haz respiraciones, camina o toma agua.
Una de las mejores formas de aplicar esta técnica es planificar tu semana en bloques Pomodoro:
Lunes: 2 pomodoros para estrategia / 1 para finanzas
Martes: 3 pomodoros para contenido / 1 para clientes
Miércoles: homeschooling + 2 pomodoros por la noche
Usa herramientas como ClickUp o Notion para llevar un registro. Ya sabes en qué momentos del día funcionas mejor. Usa eso a tu favor:
Tareas analíticas en tus horas de máxima energía.
Reuniones o tareas ligeras en horas bajas.
Deja espacio entre bloques para no saturarte.
El resultado de aplicar Pomodoro no es solo ser más productiva. Es sentir que tú estás al mando de tu tiempo, no al revés.
Ya no terminas el día preguntándote "¿qué hice hoy?" sino celebrando todo lo que lograste, aunque haya sido poco.
Empieza hoy: tu primer Pomodoro
No necesitas apps ni un sistema perfecto.
Solo elige una tarea. Pon el temporizador. Empieza.
Verás cómo esa simple acción puede cambiar tu forma de trabajar, de crear y de vivir.
Cuéntame: ¿cuál es esa tarea que quieres avanzar hoy? Haz tu primer Pomodoro y luego vuelve a contarme. ¡Tú puedes!



Comentarios