top of page
Buscar

Cómo una técnica de productividad me devolvió la calma (y el enfoque)

  • Foto del escritor: Diana Vargas
    Diana Vargas
  • 29 may
  • 4 Min. de lectura

ree

Antes de ser mamá, creía que mi principal problema era la falta de enfoque. Después de ser mamá, entendí que mantener la concentración con niños cerca no es solo un reto, sino una hazaña digna de reconocimiento.


No se trata de que las mamás no tengamos disciplina, motivación o interés por hacer las cosas bien. Lo que sucede es que la maternidad nos pone frente a un escenario completamente distinto al que conocíamos. De pronto, el tiempo no nos pertenece del todo, las interrupciones son constantes, y la carga mental es tan pesada que incluso tareas simples parecen imposibles de completar.


Pero a pesar de todo esto, descubrí que sí es posible recuperar el control de mi tiempo. La clave no fue trabajar más horas ni levantarme a las 5 a. m., sino aplicar una técnica sencilla y efectiva: el método Pomodoro.


¿Qué es la técnica Pomodoro?

La técnica Pomodoro fue desarrollada por Francesco Cirillo a finales de los años 80. Se basa en dividir el trabajo en intervalos de tiempo llamados "pomodoros", que consisten en 25 minutos de enfoque total seguidos por 5 minutos de descanso. Después de completar cuatro pomodoros, se toma una pausa más larga, de entre 15 y 30 minutos.

El objetivo de esta técnica es reducir la fatiga mental, aumentar la concentración y ayudarnos a avanzar en nuestras tareas sin caer en el agotamiento o la procrastinación.

Aunque inicialmente fue diseñada para entornos de oficina, la técnica Pomodoro se ha convertido en una herramienta poderosa para quienes trabajamos desde casa, especialmente para las mamás que intentamos emprender, crear o mantener nuestras rutinas profesionales entre siestas, meriendas y demandas emocionales constantes.


¿Por qué la técnica Pomodoro funciona para las mamás?

Aplicar Pomodoro no solo cambió mi forma de organizar el día, sino que me enseñó a dejar de exigirme largas jornadas productivas que ya no eran viables para mi realidad actual. Lo que descubrí fue lo siguiente:

  • Al trabajar en bloques pequeños y definidos, no me siento abrumada desde el inicio.

  • Puedo sincronizar los pomodoros con las rutinas de mi hija: siesta, tiempo de juego o una caricatura corta.

  • Saber que tengo un tiempo específico para concentrarme, aunque sea breve, me permite comprometerme más con la tarea y reducir las distracciones.

  • Los descansos cortos no son una pérdida de tiempo. Son fundamentales para recuperar energía y atender a mi familia sin sentir que interrumpí algo valioso.

Esta técnica también tiene otro beneficio: ayuda a redefinir lo que entendemos por "ser productiva". Ya no se trata de trabajar 8 horas seguidas, sino de avanzar con intención, aprovechar los momentos disponibles y aceptar que el progreso se ve distinto en esta etapa de la vida.


Cómo lo aplico en mi día a día como mamá que trabaja desde casa

Cada mamá tiene su ritmo, pero compartir mi forma de usar Pomodoro puede ayudarte a encontrar la tuya.


1. Elegir tres prioridades al díaComienzo el día eligiendo tres tareas importantes. No más. Ya no me engaño creyendo que puedo hacer una lista de diez cosas cuando sé que tengo ventanas de trabajo limitadas.

2. Asignar pomodoros a cada tareaPor ejemplo:

  • Revisar y responder correos: 1 pomodoro

  • Crear contenido para redes sociales: 2 pomodoros

  • Programar reuniones o coordinar con mi equipo: 1 pomodoro

3. Aprovechar los momentos estratégicos del díaLos pomodoros los distribuyo según cómo se comporte el día. Uno en la mañana, cuando mi hija se entretiene sola. Otro durante la siesta. Y si queda energía, otro más en la noche.

4. Descansar de verdadLos descansos no son para adelantar pendientes de casa ni para responder mensajes. Son para tomar agua, estirarme, respirar, o simplemente observar en silencio. Y eso, en la vida de una mamá, es oro puro.


Lo que aprendí aplicando esta técnica

Aplicar Pomodoro me devolvió algo que había perdido: la sensación de logro al final del día. Porque sí, puedo tener días caóticos. Pero saber que logré completar al menos tres bloques de trabajo bien enfocados cambia la narrativa por completo.


Aprendí que:

  • No necesito jornadas maratónicas para sentirme productiva.

  • El enfoque es más importante que la cantidad de horas trabajadas.

  • Yo también merezco estructura, aunque trabaje desde casa y combine mil roles.

  • Y, sobre todo, que avanzar paso a paso es más sostenible que exigir resultados inmediatos.


La técnica Pomodoro no es una fórmula mágica, pero es una herramienta flexible que, bien utilizada, puede ayudarte a recuperar el control de tu tiempo, incluso en medio del caos. Porque como mamás, ya somos expertas en adaptarnos. Solo necesitamos una estrategia que se adapte también a nosotras.


¿Y si lo pruebas mañana?

Te invito a intentarlo. Elige una tarea importante. Ponte el cronómetro. Trabaja 25 minutos con intención. Tómate cinco minutos para ti. Y repite.

No necesitas ser perfecta. Solo constante.


Y si estás dando los primeros pasos para trabajar desde casa, iniciar un negocio o combinar maternidad con independencia financiera, comenzar por mejorar tu gestión del tiempo es una base poderosa para todo lo demás.


Esta técnica y otras las aprendemos en nuestro grupo de apoyo. Regístrate en este link de abajo.


Grupo de Apoyo
Comprar ahora



 
 
 

Comentarios


bottom of page