Cómo pasé de mamá soltera sin tiempo a liderar dos empresas internacionales desde casa
- Diana Vargas

- 12 may
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 18 may
Con 2 meses de embarazo, 1 mes de haberme divorciado, decidí dejar mi sueldo fijo para trabajar desde casa.
Y no fue una decisión fácil. Pero fue una decisión mía.

El punto de quiebre
Estaba en un departamento vacío, con una maleta, mi computadora y un corazón hecho pedazos. Tenía dos meses de embarazo, acababa de firmar el divorcio y mi mente no podía dejar de pensar en una sola cosa: mi bebé viene en camino... y no tengo nada claro.
En ese momento tenía un trabajo estable, sueldo quincenal, prestaciones, horario de oficina… lo “normal”. Pero dentro de mí, todo gritaba que eso ya no era para mí. No solo por mi nueva situación, sino porque sabía que algo más me esperaba. Quería ser mamá presente, pero también quería tener independencia, sueños propios y no tener que elegir entre trabajar o criar a mi hijo.
Tomé una decisión loca (según muchos)
Dejé mi trabajo de oficina. Sin plan perfecto. Sin ahorros de 6 meses. Solo con una visión: quiero diseñar una vida distinta, desde casa, a mi ritmo.
Ahí empezó mi camino como emprendedora. Me formé como asistente virtual, aprendí herramientas digitales como Canva, Wix, ClickUp y Slack, y comencé a ofrecer servicios en línea. No fue fácil. Lloré. Dudé. Me comparé. Pero también conocí mujeres que me inspiraron, encontré mentoras, tomé cursos, y poco a poco me convertí en la mujer que soñaba ser.
Hoy, lidero dos empresas internacionales, trabajo desde casa (o desde donde elijamos viajar), y acompaño a otras mujeres que, como yo, se sienten atrapadas y quieren libertad.
No todo es perfecto, pero todo es real
Trabajo muchas veces desde la sala mientras mi hijo juega. A veces me maquillo para una videollamada, y otras grabo contenido con el cabello en moño. Lo importante no es la imagen perfecta, sino el propósito que hay detrás.
Me convertí en mamá, en emprendedora, en coach y mentora. Y no porque lo supiera todo, sino porque me atreví a comenzar.
Si tú también estás ahí…
Con miedo. Dudando. Sintiéndote sola. Quiero que sepas esto:
No necesitas tenerlo todo resuelto.
No estás sola.
Puedes crear una vida diferente desde donde estás ahora.
Empieza con una decisión. Después, un paso más. Y otro. Y aquí estaré para acompañarte si lo necesitas.



Comentarios