¿Haces todo tú? 7 señales de que tu negocio te está absorbiendo (y cómo liberarte)
- Diana Vargas

- 22 jun
- 2 Min. de lectura

Hoy quiero hablarte sin filtros. Esto no es una lista clínica de productividad. Es un espejo.
Cuando digo "estas señales", me refiero a cosas que yo también viví. Cuando sentí que si me enfermaba un día, todo se caía. Cuando mi mente se quedaba prendida como una lámpara de noche, sin descanso. Cuando trabajar 14 horas no se sentía como éxito, sino como esclavitud.
Así que si lees esto y algo te duele un poquito, es porque ya está listo para cambiar.
Señal 1: Tu negocio no funciona sin ti
Cada correo, cada aprobación, cada decisión pasa por tus manos. Es agotador. Y no es escalable.
Lo que hice: entregué mi primera tarea a otra persona con una SOP. Me costó confiar. Pero funcionó.
Señal 2: No puedes soltar el control
Queremos que todo sea perfecto. Pero el precio es altísimo: nuestra paz.
Mi mantra: "No tiene que ser como yo lo haría, tiene que estar bien hecho."
Señal 3: Te cuesta tomar vacaciones
He llorado en vacaciones por estar "desconectada". Hasta que entendí que era un síntoma, no una virtud.
Señal 4: Haces tareas que no amas ni dominas
A veces "por ahorrar" terminamos desgastadas y lentas.
Hoy sé: cada hora que invierto donde no aporto valor, es una hora que le robo a la visión.
Señal 5: No tienes SOPs ni procesos claros
Lo aprendí cuando mi primera asistente me hizo 20 preguntas en una hora. Era yo, no ella.
Señal 6: Tu equipo depende emocionalmente de ti
Si te sientes la "mamá emocional" del equipo, necesitas estructuras, no solo ánimo.
Señal 7: No ves los números
Me asustaba mirar los ingresos y egresos. Pero el miedo no es estrategia.
Hoy tengo un tablero mensual que reviso con café y calma.
Si te viste en estas señales, no es para culparte. Es para que sepas que puedes hacerlo distinto.
Yo no tengo todas las respuestas. Pero tengo el camino que me sirvió, y lo comparto para que no vayas sola.
Si estás lista para empezar a soltar, sin miedo y sin culpa, agenda una llamada. Creamos tu plan desde la realidad, no desde la perfección:



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